Que miran acechando el trigo
De tu suelo cobrizo cubierto
Ante tu cara de espigo
Tú, centinela inerte de cuerpo muerto
Que bajo nubes aguantas paciente
El devenir de un futuro incierto
Mientras parece burlarse la luna creciente
Tú, encarnecido luchador de madera
Caminante de paso quieto
Envuelto en vida de quimera
Y resucitado con retales de miedo
Tú, que el fin de los días esperas
Clavado en un madero viejo
Y en un lecho vertical encierras
Recuerdos rotos de tus ojos ciegos.
Más de uno termina así.
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